05 junio 2011

Este domingo, Día Mundial del Ambiente

El domingo 5 de junio se celebró el Día Mundial del Ambiente. Sin embargo, yo también fui a votar. La campaña de la segunda vuelta electoral no estuvo excluida de toda grosería. Hubo guerra sucia entre los planes de gobierno entre Keiko Fujimori y Ollanta Humala. El primer reporte de la ONPE dio a Ollanta Humala apenas un 50,1% y a Keiko el resto. Conforme fue pasando el tiempo, Ollanta se llevaría más del 51% de los votos válidos. Estas elecciones tuvieron un margen de ausentismo notable: en la primera vuelta hubo 3.250.181 ausentes. En la segunda vuelta, hubo 3.480.314 ausentes (un 7,08% más que en la primera vuelta). Pasando de tema, el impacto que ha tenido la especie humana sobre el medio ambiente (e se día también se conmemoró esa fecha para reflexionar) ha sido enorme si lo comparamos con las demás especies biológicas. La creciente presión sobre los bosques para obtener papel, madera, combustible y crear nuevas tierras agrícolas ha aumentado significativamente en los últimos 60 años. La biodiversidad, consecuencia de 4.0o0 millones de años de evolución, se encuentra amenazada desde el Holoceno; la tasa actual de extinción de especies es entre 100 y 1.000 veces mayor que si ocurriese naturalmente. La riqueza genética de la Tierra está bajo riesgo. El hombre ha contribuido al aumento descontrolado de su población: de apenas 5 millones en el comienzo de las primeras actividades agrícolas (hace 8.000 años) a cerca de 7.000 millones de habitantes que requerirán recursos cada vez más escasos. Estamos explotando los hábitats para cultivar alimentos y para comerlos. En la historia de la Tierra, hubo cinco extinciones masivas: la del período Ordoviciano (hace 438 millones de años), la del Devoniano (hace 360 millones de años), la del Permiano (hace 245 millones de años), la del Triásico (hace 208 millones de años) y la más reciente, la del Cretáceo (hace 65 millones de años). Según numerosos biólogos, estamos viviendo “la sexta extinción”. Sin embargo, esta extinción comenzó en realidad cuando el hombre desarrolla la técnica de la caza a gran escala. Comienza a dominar el fuego, y con ello altera drásticamente su hábitat. Aunque los humanos coexistieron con otras especies de su hábitat, hay evidencias de la alteración radical del ambiente: en Australia, luego de la llegada de los primeros grupos humanos, se exterminó a la biodiversidad australiana. Según David Lindermayer y Mark A. Burgman, las extinciones de la megafauna  ocurrieron en otras partes del mundo en períodos diferentes. En Nueva Zelanda, la moa y su depredador, el águila de Haast fueron extinguidos por los maoríes cuando llegaron aproximadamente en el siglo XIII de nuestra era. La llegada de los humanos a la Isla de Pascua tuvo un efecto devastador. La introducción de la rata de Polinesia, impulsada por el crecimiento de la población, jugó un papel muy importante en la extinción de la palma endémica de Rapa Nui. La sobreexplotación del medio ambiente local ocurrida durante la civilización Maya fue consecuencia de sus propios errores.

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