Definitivamente, el año que pasó, el número de desastres relacionados con el cambio climático se multiplicó. El año comenzó con un terremoto muy poderoso en el país más pobre de América. Un seísmo feroz, que destruyó la ciudad de Puerto Príncipe y los suburbios de ésta, causando más de 200.000 muertos. Pese a esto, las consecuencias eran mínimas para las compañías de seguros ya que, en los países pobres como Haití, eran muy pocos los que tenían una póliza de seguros. Sin embargo, el terremoto ocurrido en Chile el 27 de febrero, causo pérdidas materiales valorizadas en cerca de 15 billones de pesos chilenos (90.000 millones de nuevos soles), aunque dejo menos muertos. La diferencia: Haití, un país superpoblado (353,15 habitantes/km2) y con un PBI per cápita muy bajo (US$ 1.153 en precios internacionales), y con un suelo totalmente sobreexplotado, en el que la deforestación hizo que su superficie vegetal cayera del 60% en 1923 a apenas 2% en 2006. Para empeorar las cosas, los huracanes de la temporada 2008, afectaron las escasas infraestructuras de comunicaciones. Chile, por su parte, no esta muy poblado como Haití (22,62 habitantes/km2) pero tiene un PBI per cápita relativamente alto (US$ 14.939 en precios internacionales), y posee leyes que frenan la sobreexplotación ambiental. El 14 de abril, otro terremoto, esta vez en China, dejó cerca de 3.000 muertos, 270 desaparecidos y 12.000 heridos. En Indonesia, el 26 de octubre, una mezcla de terremoto y posterior tsunami sacuden la isla de Sumatra en Indonesia, con cerca de 2.700 muertos. Y aquí no termina la cosa. El 26 de enero, una mezcla de aludes, lluvias e inundaciones llegó al Cuzco, dejando ocho muertos y varios turistas tuvieron que ser rescatados. El 20 de febrero, en Madeira, Portugal, un temporal dejó 42 muertos y 16 desaparecidos, y daños por poco más de 1.000 millones de euros. En Indonesia, una combinación de lluvias y deslizamientos de tierra ocurridos en Java el 23 de febrero, dejaron 100 muertos y 72 desaparecidos. Entre el 27 de marzo y el 7 de abril, las lluvias torrenciales en América del Sur dejaron 283 muertes. En mayo, 100 personas murieron debido a las inundaciones en Afganistán. Entre el 17 de mayo y el 9 de junio, una serie de inundaciones en Europa Oriental dejaron 30 muertos. En Francia, entre el 15 y el 17 de junio se generó un temporal sin precedentes. Hubo 25 muertos. Entre junio y julio, por dos semanas, dos semanas de lluvias en Rumania dejan al menos 23 muertos. Entre mayo y agosto, una serie de extraordinarias lluvias durante la temporada de monzones dejaron más de 3.000 muertos en la República Popular China. En agosto, ocurrió algo inesperado en Pakistán, una serie de inundaciones y aludes de tierra dejaron más de 1.700 muertos y 21 millones de afectados (incluyendo cerca de 9 millones sin hogar), una catástrofe sólo comparable a la de Bangladesh en 1970. En ese mismo tiempo, inundaciones similares en la India dejaron más de 170 muertos y centenares de desaparecidos. Las inundaciones no se interrumpieron hasta noviembre, y entre octubre y este último mes, el Sudeste Asiático y África se vieron castigados con una serie de inundaciones que causaron mas de 1.000 muertos, cientos de miles de evacuados y millones de afectados.
Olas de frío, olas de calor, que antes eran noticia esporádica, ahora son noticia de primera plana en los diarios de circulación nacional. 41 muertos durante la ola de frío en India en los primeros días de 2010. Ese mismo periodo, 29 muertos en Norteamérica por la ola de frío ártico. A fines de enero, Centroeuropa se vio afectada por una incesante ola de frío que mató a más de 200 personas. Entre el 14 y 19 de febrero, Taiwán experimentó una ola de frío similar. Entre el 14 de julio y el 2 de agosto, una ola de frío afectó al Cono Sur de América dejando más de 50 fallecidos. Una enorme ola de calor soportó Paraguay con picos de ¡más de 313 K (40° C)! y con apagones frecuentes, dejó 54 muertos en febrero. En Brasil, una ola de calor en el estado de Río de Janeiro, causó el aumento de la temperatura a 319 K (46° C) y la muerte de 32 personas. En mayo, se registró la mayor temperatura en un lugar habitado, fue en Pakistán, con 56° C. Sin embargo, la ola de calor más notable durante el 2010 fue la ocurrida en Rusia, donde el país vivió su ola caliente más crítica de los últimos 1.000 años, donde las temperaturas superaron los 41 °C. Más de 700.000 hectáreas de bosque fueron arrasadas por los incendios y murieron miles de personas y animales. Y el 28 de setiembre la cosmopolita ciudad de Los Ángeles, California, Estados Unidos, sufrió la temperatura más alta jamás registrada: 45° C. También los huracanes dejaron su nota triste durante el año. La segunda semana de marzo, la tormenta tropical Hubert deja en Madagascar, uno de los países más diversos biológicamente, 87 muertos, 34 desaparecidos, 187.613 damnificados y 93.000 hectáreas de tierra inundadas. El 30 de mayo, la tormenta Ágatha deja en América Media 197 muertos, más de 230.000 afectados y miles de damnificados. Del 26 de junio al 1 de julio, la tormenta tropical Álex, categoría 1, dejó 34 muertos en América Media. Del 12 al 18 de julio, el tifón Conson dejó en Filipinas 76 muertos, 72 desaparecidos y más de 150.000 damnificados; en la provincia de Hainan, en la RP China, 2 muertos y 40.000 evacuados, y en Vietnam, 1 muerto y 10 desaparecidos. En la tercera semana de setiembre, dos ciclones afectaron diferentes partes del planeta: el tifón Fanapi, dejó por su paso por China y Taiwán, 78 muertos, 61 desaparecidos, 138.000 evacuados y más de 2 millones de afectados; las lluvias causadas por los huracanes Karl y Matthew dejaron 53 muertos, 40.000 desaparecidos y 650.000 desaparecidos. En los primeros días de noviembre, Haití, ya castigado por el terremoto del 12 de enero, fue castigado por el huracán Tomas, dejando 35 muertos, 7 desaparecidos y miles de evacuados. Y 2010 fue también año de catástrofes causadas por el hombre. El 20 de abril, una plataforma de British Petroleum cercana a las costas de Luisiana (Estados Unidos) en el Golfo de México, se incendió sin control. Dos días después, se generó un colosal derrame en las aguas del Golfo de México cuyo resultado final fue de cerca de 5 millones de barriles y consecuencias ecológicas sin precedentes. El 4 de octubre, un accidente en la planta de MAL Zrt en Ajka derramó una gran cantidad de barro rojo, matando a todos los seres vivos del río Marcal y contaminando parte del Danubio. Y para terminar, el 2010 terminó siendo el año más caliente desde que se registraron las temperaturas en 1880. Y el dióxido de carbono llegó a superar las 390 partes por millón. Bueno, me despido, y que 2011 podamos tener que solucionar este caos. Ya somos 6.891 millones de homo sapiens que luchan por recursos más escasos.
03 enero 2011
2010: Un año de desastres
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