2011 fue caracterizado como un año de protestas. Desde que en enero comenzaron las protestas contra los regímenes autoritarios en Túnez, las protestas no dejaron de crecer. En Egipto, las protestas se extendieron por todo el país en cuestión de semanas, y Hosni Mubarak, quien había asumido la Presidencia de la República en ese país, desde el asesinato de su predecesor, Anwar el-Sadat en 1981, tuvo que dimitir ante la difícil situación política. En Libia, las protestas contra el régimen de Muamar Gadafi, llegaron al punto culminante con el derrocamiento y posterior ejecución de éste. En España, las protestas se multiplicaron por la recesión y la crisis de recursos financieros, y el gobierno de Rodríguez Zapatero anunció que adelantaría las elecciones para elegir al presidente del gobierno (equivalente al Presidente de la Nación) de España, programadas para 2012, para noviembre de este año, cosa que finalmente ocurrió. La situación se volvió crítica a partir del 15 de mayo, cuando 20.000 manifestantes expresaron su insatisfacción con el sistema económico actual bajo el lema: No somos mercancía en manos de políticos y banqueros. Las manifestaciones fueron seguidas por más de 130.000 personas en toda España. América Latina no estuvo ajena a la ola de protestas que se desató durante el año. El 4 de abril, la Universidad Central de Chile anunció que paralizaría toda actividad como rechazo a la modificación del estatuto de la Universidad. Las protestas tuvieron su origen entre mayo y junio de este año, se intensificaron durante este último año y se recrudecieron en los meses siguientes. En el Perú, los proyectos mineros generaron protestas por lo que numerosos planes fueron retrasados, no necesariamente cancelados. Y en Estados Unidos, como en todas partes del mundo, se levantó una gran manifestación, como no se vio desde aquellas protestas estudiantiles de 1968 que estremecieron al mundo. Fue el sábado 15 de octubre, donde millones de personas en todo el mundo se manifestaron en contra del sistema económico de producción en masa, prevaleciente desde finales del siglo XVIII, pero que creó más riesgos que beneficios. Usted se preguntará, ¿Walt Disney es un lobo disfrazado de cordero?, o porque ¿la gente todavía piensa que los recursos naturales son todavía inagotables cuando en realidad no lo son? Esto comenzó el 17 de septiembre de este año, cuando manifestantes ocuparon violentamente Wall Street. Según Irving Ackoff, en su libro Rediseñando el futuro (1974), “los problemas no permanecen resueltos”. Tal advertencia la escribió en el momento del primer crack petrolero de esa época. Así mismo advirtió que “las soluciones a los problemas se hacen obsoletas”. Según un artículo publicado en La República, “nuestro planeta también se encuentra feo e indignado”.
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