«Crees que la Tierra es un recurso renovable? ¡No durará para siempre!» decía una frase de la serie Lizzie McGuire. Recuerdo en un libro que mis padres lo echaron a perder, que a pesar de que se considera de que el hombre es el único que puede modificar su entorno, es inevitable que los seres vivos modifiquen su entorno. Sin embargo, la intensidad de la alteración del ambiente, aumenta con el tiempo. Recientemente, un informe preparado por la ONU ha anunciado que aproximadamente 22.000 especies de seres que la ciencia moderna los llama como vivos, se encuentran en riesgo de extinción, debido a la sobreexplotación humana. La biología como ciencia nació en Grecia, cuando había dificultad para diferenciar a los seres que las personas los llamaban animados, de los inanimados. De ahí nacieron ciencias interrelacionadas entre sí, como la ecología, la genética, etc. Aunque en la edad Media no hubo avances en la biología, es a partir del renacimiento en donde la Biología comienza a tener una identidad propia. Recién con el descubrimiento del ADN, la biología empieza a acercarse más a otras ciencias como la química, la física y la termodinámica. Si sabemos qué es vida, entonces, ¿de dónde somos? Tenemos que saber que los primeros seres celulares aparecieron hace 3500 millones de años, pero no fue hasta hace 700 millones de años cuando aparecieron las primeras especies multicelulares. Los primeros mamiferos emergieron de una rama de reptiles en el ocaso del Mesozoico, mientras que los primates aparecerían millones de años después. De los primates salen los homínidos, y de estos, el hombre. Se tendrán que romper algunos mitos que separan a los seres vivos de los inertes. Todos los seres, vivos o inertes son dinámicos, al menos según las leyes de la física, que no hacen diferencia entre los dos tipos. La Tierra no es más que un simple componente dentro del enorme universo, que se expande sin parangón.