15 abril 2009
El calentamiento global es mucho más complejo de lo que se cree
En un artículo del diario Perú.21 de ayer martes, Guillermo Giacosa escribió en su columna que "todas las convenciones sobre el cambio climático han fracasado", ya que solamente se basan en el dióxido de carbono. Estas convenciones públicas se reducen exclusivamente al carbono, y asumen que el carbono es la causa de todos los males. También hay otros gases de invernadero. El NF3, presente en la tecnología de punta (incluyendo monitores LCD y los microchips) es un gas de invernadero, y es 16.800 veces peor que el CO2. El SO2F2, utilizado para la fumigación, es cerca de cinco mil veces peor que el CO2. Si el tratado de Kioto incluyera a estos gases ya nocivos, el calentamiento global podría ser superado. Sin embargo, el calentamiento global tiene sus raíces hace 65 millones de años, cuando comenzó un deterioro climático en nuestro planeta, con ciertas oscilaciones entre períodos templados y fríos. Durante el segundo milenio de nuestra era, y antes de la segunda revolución industrial, la temperatura de nuestro planeta aumentó en apenas 0,2ºC, sin embargo, a partir de 1850, comenzó el actual episodio de calentamiento global que ahora persiste. Buen ejemplo de ello es el retroceso de los glaciares y el daño a la capa de ozono, así como la creciente lucha por los recursos naturales, cada vez más escasos. No sé si el desastre del 31 de mayo de 1970 que sepultó a Yungay, fue causado no por un aluvión, sino por un deshielo del Huascarán. El tsunami del 26 de diciembre de 2004 que afectó a varios países asiáticos fue causado quizás por un desprendimiento de un glaciar en la Antártida. Además hay que considerar que los gases de invernadero que emiten los volcanes y los ciclos solares complican aún más el deterioro climático. Los gases emitidos durante la Guerra entre Irán e Iraq entre 1980 y 1988, la Guerra entre Iraq y Kuwait entre 1990 y 1991, y la invasión a Iraq a partir de 2003, también han complicado la lucha contra el calentamiento global. Incluso, los gases emitidos durante las dos Guerras Mundiales, todavía persisten. Es probable que los gases emitidos durante la explosión de Toba en 1815 todavía persistan, y quizá los emitidos durante la explosión del Krakatoa en 1883. La maldición todavía persiste, y el sistema económico dominante, hoy se encuentra en crisis y según Giacosa, "la recuperación económica es artificial si se quiere proteger el entorno". O mejor dicho, es imposible, si se quiere proteger al medio ambiente. La ola de suicidios desatada en varios países es debido a la ineptitud de nuestra humanidad a los cambios sociales desatados por el cambio climático. Y ya hay guerras por otros recursos, como la crisis de Darfur, que se debe a una creciente escasez de recursos "básicos". Y para empeorar las cosas, las consecuencias de los accidentes de transportes motorizados también emiten gases, como el que ocurrió ayer en el km 165 en Cañete, al sur de lima, cuando un micro interregional chocó con un camión que transportaba gas licuado de petróleo. El lugar donde ocurrió esta tragedia ardía "a 800ºC" como decía un titular de La República. El titular de Peru.21 se tituló "¡Infierno!". Sin embargo, El Comercio, obtuvo la noticia con un titular más serio: "Tragedia tras tragedia: 18 carbonizados en la Panamericana Sur". Y esto por culpa de nuestro sistema de transportes en nuestro país. Debería haber mayor respeto a las leyes de tránsito.
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